Para reflexionar...
Por nada
estéis afanosos; sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en
toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios que sobrepasa
todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros entendimientos en
Cristo Jesús.
(Filipenses 4:6-7).
No tengas
afanes, sino oraciones; no inquietudes, sino mucha comunión con Dios. Pon tus
súplicas delante del Señor de tu vida, guardián de tu alma. Acércate a Él con
dos partes de oración y una de alabanzas fervorosas. No ores con dudas,
sino con gratitud.
Ten por
cierto que tus peticiones han sido atendidas, y, por tanto, alaba al Señor por
su misericordia. Él te prodiga sus bendiciones; dale tú las gracias. Nada le
escondas, ni guardes en tu pecho... (Renuevo de Plenitud)
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