Debemos estar atentos, listos para escuchar e identificar la voz de Dios en nuestras vidas. En ocasiones, no podemos identificarla rápidamente pero Él nos habla de muchas maneras. A través de la naturaleza, del ambiente que nos rodea, de las personas que conocemos, de nuestra familia, de un niño. En fin, Dios tiene muchas formas de hablarnos y contestar nuestras interrogantes o preocupaciones. Debemos guardar silencio y esperar. Esperar con fe porque Él nos hablará y si nos mantemos en comunión con Él sabremos identificar su voz en el preciso momento que lo necesitemos. ¡A Él sea la gloria! (Rita E. Rivera Aponte)