Una tarde especial

La tarde del 5 de enero, en mi niñez, era una muy especial. Nos reuníamos todos los niños del sector donde vivíamos y recogíamos hierba fresca. Luego, la poníamos en una cajita de zapatos y con mucha alegría la colocábamos debajo de la cama en que dormíamos. Algunos, como yo, le añadían agua y azúcar. ¿Por qué hacíamos esto? Para que cuando los Reyes Magos vinieran durante la noche encontraran comida para sus camellos. ¡Qué inocencia y qué ilusión!

Esta es una tradición que se celebra en muchos países, especialmente entre los latinos. El día de los Reyes Magos se celebra el 6 de enero y se conmemora la visita de los Reyes Magos al Niño Jesús. Es una tradición que no debe dejarse morir. ¡Qué alegría tan grande! Al despertar en la mañana del 6 de enero y ver la cajita sin la hierba y al lado los regalos que nos dejaron los Reyes Magos. Recuerdo que nuevamente nos reuníamos todos pero esta vez a jugar con nuestros juguetes. Eran juguetes sencillos pero para nosotros tenían mucho significado porque fueron regalo de los Reyes Magos.

Al crecer, convertirme en adulta, casarme y tener hijos siempre mantuve la tradición en mi familia. A la misma vez la he mantenido con mis nietos. No dejemos en el olvido actos tan sencillos pero significativos para todos. No olvidemos tan bonita tradición. (Rita E. Rivera Aponte)

¡Feliz Día de los Reyes!

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