Deléitate en el Señor, y Él te concederá los deseos de tu corazón.  (Salmo 37:4)  Pasa tiempo con tu cabeza apoyada en el hombro de Dios, sintiendo Sus latidos.  Pide que tus solicitudes estén alineadas con la voluntad divina.  Entonces, con el mayor gozo, haz saber tus peticiones.  (Gozo para el Alma)

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