Llama al Señor

Independientemente de tu circunstancia, grande o pequeña, no esperes estar al final de la encrucijada para orar.  Llama al Señor en cualquier momento, en cualquier lugar. Él te responderá.  (Fe para cada día)

"Levántate y clama por las noches, cuando empiece la vigilancia nocturna. Deja correr el llanto de tu corazón como ofrenda derramada ante el Señor."  (Lamentaciones 2:19)

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