Como los niños
Recientemente estuve en el cumpleaños de mi
nieto menor y observando a los niños que se encontraban en la celebración
vinieron a mí estos pensamientos. Si fuéramos
como los niños disfrutaríamos más de la vida. Ellos ríen y se divierten en
grande por las cosas sencillas y por el mero hecho de compartir como amigos.
Ninguno está pendiente de cómo se dicen las cosas o qué va a pensar uno del
otro. Todos están en una misma sintonía de celebración y diversión. Tenemos que
contagiarnos de la alegría que emana de la sonrisa de cada niño. No podemos
olvidarnos de cómo sonreír. La vida para los adultos tiene sus
responsabilidades y compromisos pero no podemos dejar que esto nos quite la
alegría de vivir y compartir. ¡Elige ser feliz, elige el entusiasmo, elige la
alegría! De hoy en adelante, yo voy a tratar cada día de compartir esa alegría
y entusiasmo que tienen los niños. A fin de cuentas de eso se trata la vida, de
ser felices y hacer felices a los demás.
(Rita E. Rivera Aponte)
“Llénenme de alegría teniendo un mismo parecer,
un mismo amor, unidos en alma y pensamiento.” (Filipenses 2:2)
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