La oscuridad de la noche
Desde niña la oscuridad de la noche y yo no
somos amigas. Hay algo en ella que me inquieta y me hace sentir insegura. Es
una sensación de no poder tener control sobre lo que me rodea. No poder
percibir los objetos, las personas y el ambiente. ¡Qué terrible debe ser estar
completamente ciego! Tal vez ese es el miedo que me causa la oscuridad. No lo
sé, pero la oscuridad de la noche, sin luz alguna, me aterra.
Por otro lado, una gran contradicción, cuando
estoy afuera en mi patio y logro contemplar las estrellas en esa oscuridad de
la noche, mi alma se regocija por el brillo y esplendor que de ellas emana. La
sensación es de paz y felicidad. Siento que luego de esa noche oscura habrá un
bello amanecer.
¡Dios mío! Qué tu luz me guíe siempre y me
permita superar esta sensación. Amén
(Escrito por Rita E. Rivera Aponte, 30 de octubre de 2017 a las 7:00 PM)
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