Para meditar...
El Tamaño de las Personas - Willian Shakespeare
Los tamaños
varían conforme el grado de compromiso…
Una persona
es enorme para uno, cuando habla de lo que leyó y vivió, cuando trata con
cariño y respeto, cuando mira a los ojos y sonríe inocente.
Es pequeña
cuando solo piensa en sí misma, cuando se comporta de una manera poco gentil,
cuando fracasa justamente en el momento en que tendría que demostrar lo que hay
de más importante entre dos personas: la amistad, el cariño, el respeto, el
celo y asimismo el amor.
Una persona
es gigante cuando se interesa por tu vida, cuando busca alternativas para tu
crecimiento, cuando sueña junto contigo.
Una persona
es grande cuando perdona, cuando comprende, cuando se coloca en el lugar del
otro, cuando obra, no de acuerdo con lo que esperan de ella, pero de acuerdo
con lo que espera de sí misma.
Una persona
es pequeña cuando se deja regir por comportamientos clichés. Una misma persona
puede aparentar grandeza o pequeñez dentro de una relación, puede crecer o
disminuir en un espacio de pocas semanas.
Una
decepción puede disminuir el tamaño de un amor que parecía ser grande. Una
ausencia puede aumentar el tamaño de un amor que parecía ser ínfimo.
Es difícil
convivir con esta elasticidad: las personas se agigantan y se encogen a
nuestros ojos.
Nuestro juzgamiento es hecho, no a través de centímetros y
metros, sino de acciones y reacciones, de expectativas y frustraciones.
Una persona
es única al extender la mano, y al recogerla inesperadamente, se torna otra. El
egoísmo unifica a los insignificantes. No es la altura, ni el peso, ni los
músculos que tornan a una persona grande… es
su sensibilidad, sin tamaño.
Comentarios
Publicar un comentario