La Esperanza
Para la fe cristiana
y muchas otras expresiones religiosas, la esperanza es un don (regalo, dádiva o
extensión) de Dios. Tener esperanza es
albergar optimismo. La esperanza no es
otra cosa que fe o confianza proyectada en el tiempo, hacia el futuro cercano o
distante. La esperanza ayuda a librarse
de las ansiedades asociadas a la incertidumbre; asimismo, contribuye a gestar
una paz interior (o mental), que a su vez genera la convicción enfocada en lo
bueno, lo justo y lo verdadero. En
ninguna manera la esperanza es negación de la realidad. Todo lo contrario, la esperanza está
enraizada en la propia realidad, pero la interpreta con un profundo sentido de
la presencia divina y de su providencia que lo arropa todo. La esperanza también cree en la genialidad de
la persona humana, para sobrevivir, superarse, ser resiliente, adaptarse,
evolucionar, crecer, cambiar, dar lo mejor de sí.
(Dr. Víctor A. Feliberty-Ruberté, Catedrático Asociado, Universidad Interamericana de Puerto Rico) (Publicado con autorización del autor)
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