No perdamos el contacto

"Después llegó el Señor, se detuvo y lo llamó igual que antes: ¡Samuel! ¡Samuel!. Habla,  que tu siervo escucha, contestó Samue! (1ra Samuel 3:10)

En muchas ocasiones nos distraemos tanto con las cosas cotidianas que no escuchamos la voz de Dios. Suena el celular y ahí estamos pendiente al texteo o llamadas. Alguien nos habla, suena el celular inmediatamente quitamos la atención a esa persona. Vísitamos a nuestra familia o amigos, suena el celular e inmediatamente se perdió el contacto. No permitamos que cuando Dios nos llame el celular nos distraiga y nos quite esa bendición de dialogar con Él. No perdamos el contacto. Es importante darle importancia a las cosas que sí lo ameritan. Deja que suene, la comunicación con Dios, con tus amigos, con tu familia, con tus compañeros de trabajo y hasta con un desconocido es mucho más importante. (Rita E. Rivera Aponte)

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