¿De quién eres hijo?
Hay un abismo de diferencia entre hacer lo mejor por glorificar a Dios y hacer lo que sea por glorificarse a uno mismo. La búsqueda de la excelencia es una señal de madurez. La búsqueda de poder es infantil. De aquí a mil años, ¿importará acaso qué título el mundo te ha dado? NO, pero hará una gran diferencia saber de quién eres hijo. (Aplauso del Cielo)
Todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad, porque Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo. (1ra Pedro 5:5-6)
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