Rendir cuentas
Un día, cuando nuestro Señor nos llame, tenemos que rendir cuentas. Rendir cuentas de todo lo que hicimos y dejamos de hacer en la tierra. Nuestras buenas y malas acciones quedarán ante su presencia tal como somos. En ese momento no habrá excusas y mucho menos justificación. Así que, vivamos la vida que Dios quiere para cada uno de nosotros en la tierra. No podemos ser de una forma ante nuestros padres y familiares y luego cuando estos ya no están ser de otra forma contraria. Tienes que ser tú mismo siempre y sobre todo tienes que honrar a Dios en todas tus acciones porque El siempre te ve. ¡Buen día para todos, el Señor los bendice!
Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; Cetro de Justicia es el cetro de tu reino. (Salmo 45:6)
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