A solas con mi Dios
Anoche estuve un rato a solas con mi Dios.
Le conté tantas cosas, sentí que mi alma se liberó.
Él me escuchó y sus brazos me extendió.
Fue un rato de silencio y a la misma vez
de profunda meditación.
Fue tan real la comunicación y la
sensación de paz, que en su regazo
profundamente dormida quedé yo.
(Escrito por: Rita E. Rivera Aponte - 2008)
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