Ayer, Hoy, Mañana...
Tres palabras representativas de las etapas de vida del ser humano. Tres palabras que nos marcan de acuerdo a la actitud que asumamos en cada una de ellas. Ayer, representa el pasado. Vivencias y experiencias vividas que no volverán. Pasó, no hay nada que pueda hacer para cambiarlo; pero sí puedo recordar lo positivo, lo que me hizo feliz y continuar el camino... Hoy, representa el presente. Lo que soy ahora mismo, en este instante, por lo tanto debo valorizarlo y aprovecharlo. En esta etapa puedo tomar decisiones en el momento preciso, arriesgarme, vivir, compartir, ser positivo y real. Después de todo el Hoy será Ayer, así que si asumo la actitud correcta de ser feliz, el Ayer será recordado con mucha alegría. Mañana representa el futuro. Responsablemente debemos pensar en él; pero no debemos basar toda nuestra vida planificando para él y olvidarnos de vivir el Hoy. Ninguno de nosotros sabe los años que vivirá, solamente Dios, así que cada día de nuestras vidas debe ser un HOY. Debemos vivir cada día como si fuera el último, responsablemente, valorizando lo que tenemos, amando a nuestras familias y sobre todo amando a Dios. El Ayer fue un Hoy, el Hoy siempre será Hoy, el Mañana será un Hoy, por lo tanto el HOY es lo que cuenta. Dedica el Hoy a ser feliz, agradando a Dios con tus acciones positivas hacia el camino de vida que solamente Él puede dar. Deja que sea Él quien guíe tus pasos en todo momento. (Escrito por: Rita E. Rivera Aponte)
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