Dios decide...

En ocasiones refunfuñamos cuando otros reciben exaltación. Nos sentimos excluidos. ¿Por qué otros prosperan cuando todo a nuestro alrededor parece derrumbarse? No podemos celebrarles sus victorias. No nos sentimos alegres por ellos. ¡Qué verguenza! Dios decide a quién exaltar y cuándo. No podemos aspirar a conocer Sus pensamientos. Pero sí podemos someternos a Su voluntad y celebrar con quienes están atravesando tiempos de gran favor.  (Gozo para el Alma)

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