Seguridad y Protección

Cada uno de nosotros posee la innata necesidad de guardarnos del daño y de aquellos que podrían lastimarnos. Dios nos ofrece Su Palabra como Manual para equiparnos, con el fin de estar alertas a los designios del enemigo y prepararnos para saber cómo protegernos. (Amanecer con Dios)
No toquéis a mis ungidos. Salmo 115:5
El ángel del Señor acampa alrededor de los que le temen, y los defiende. Salmo 34:7

Comentarios

Entradas populares de este blog

Poema - Helen Steiner Rice

Interésate...

Un nuevo comienzo