Lo que anhelamos

Cuando niños decimos: ¿Quién fuera un adolescente? Cuando adolescente decimos: ¿Quién fuera un adulto? Cuando adulto decimos: Si estuviera casado. Cuando cónyuge: ¿Quién tuviera hijos? No estamos satisfechos. La conformidad es una virtud difícil. ¿Por qué? Porque no hay nada en este mundo que pueda satisfacer nuestros anhelos más profundos. Anhelamos ver a Dios. Las hojas de la vida, al ser removidas por el viento, susurran el rumor de que le veremos, y no quedaremos satisfechos hasta lograrlo. (Libro: Cuando Dios Susurra tu Nombre)
Pero desde allí buscarás al Señor tu Dios. Y lo encontrarás si lo buscas con todo tu corazón y con toda tu alma. Deuteronomio 4:29

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