A veces...

A veces cuando me siento impotente, presa del desaliento y la confusión, y cuando no encuentro palabras para expresar mis más íntimos secretos, permanezco en silencioso reposo, en la calma y confianza que sólo Tú eres capaz de inspirar. Con asombro descubro entonces que Tú entiendes. Alivias mis preocupaciones y temores, y con Tú cariño y Tus besos enjugas mis lágrimas. (Para Jesús, con cariño)


Esta es la razón por la que nunca nos desanimamos. Nuestro cuerpo se gasta, pero nuestro espíritu se fortalece cada día. 2da Corintios 4:16

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