A mi lado

Jesús, cuando me siento débil, cuando la fatiga y el malestar me abruman, siempre estás a mi lado para envolverme con Tus brazos, consolarme y decirme que todo va a salir bien. Desciendes a mi nivel y me calmas los nervios, disipas mis preocupaciones y temores, y alejas la confusión que de otro modo me rodearía. ¡Gracias Jesús! (En Acción de Gracias)

Tú eres mi lugar de refugio. Tú me guardas del peligro. Estoy rodeado de tus cantos de liberación. (Salmo 32:7)

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