Es muy fácil dejar que lo que sea que salte en nuestras cabezas también salte a nuestras bocas, pero la Biblia nos recuerda que nuestras palabras tienen poder.  Somos responsables por la forma en que usamos ese poder. ¿Lastimaremos o sanaremos? ¿Edificaremos o destruiremos? Deja que la fe te ayude a escoger sabiamente.  (Fe para cada día)

"Que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan." (Efesios 4:29)



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