Para reflexionar...
De
la comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la
guerra. Que la verdad debe ser dicha en cualquier situación, de esto no cabe
duda, más la forma en que debe ser comunicada es lo que provoca, en algunos
casos, grandes problemas. La verdad
puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de
alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la
ofrecemos con ternura, ciertamente será aceptada con agrado.
La
boca del justo imparte sabiduría, y su lengua emite justicia. (Salmo 37:30)
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