Tu nombre

El pastor conoce a sus ovejas. Las llama por su nombre. Cuando vemos una multitud, vemos exactamente eso: una multitud. Vemos gente, no personas, sino gente. Una manada de humanos, un rebaño de rostros. Pero no sucede con el Pastor. Para Él cada rostro es diferente. Cada cara tiene una historia. Cada rostro es un hijo. Cada hijo tiene un nombre. El Pastor conoce a sus ovejas. Conoce a cada una por su nombre. El Pastor te conoce. Conoce tu nombre y nunca lo olvidará. (Cuando Dios Susurra tu Nombre)
Amo a Jehová, pues ha oído mi voz y mi súplica. Salmo 116:1

Comentarios

Entradas populares de este blog

Interésate...

Poema - Helen Steiner Rice

Un nuevo comienzo