Ven

Ven, recógete. Apártate un rato del ajetreo. Con tantas distracciones es difícil escuchar Mi voz. Ven, relájate, deja tu pesada carga. Deseo susurrarte palabras de amor, palabras tranquilizadoras. Ve donde podamos estar solos tú y YO. No tiene que ser ningún sitio en particular; puede ser en cualquier parte y en cualquier momento. Tómate unos minutos para comunicarete conmigo, para leer Mi Palabra y escuchar lo que quiero decirte. (De Jesús, con cariño)
El Señor está cerca a todo aquel que le llama, a todos los que le llaman en verdad. Él suplirá el deseo de aquellos que le temen. Y Él también oirá su llanto y los salvará. Salmo 145:18-19

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