Un motivo de alegría
Las relaciones humanas son esenciales para vivir. Compartir con nuestra familia, nuestros amigos, compañeros de estudios y trabajo, hermanos en la fe, es un motivo de alegría. No puedo imaginarme sola en una isla desierta sin nadie con quien hablar o contemplar las estrellas. No debemos permitir que nadie, absolutamente nadie, nos quite la paz y el motivo de estar alegre, sonreír y ser feliz. No lo permitas, sal corriendo del lado de quien te robe esa paz o intente quitarte la alegría de vivir. Dios quiere que el hombre sea feliz y mantenga relaciones saludables y positivas con los demás. Él constituyó la familia, tu familia estará presente cuando la necesites. No importa las diferencias, los caracteres, las circunstancias, nos acepta tal como somos y aunque a veces nos critiquen, jamás nos darán la espalda. La familia es un motivo de alegría, te aman, te hacen sentir seguro y no estarás solo. Dios quiere que seas feliz y cada día te ofrece su hermosa creación para que al contemplarla siempre tengas un motivo de alegría. (Escrito por: Rita E. Rivera Aponte)
La vida cristiana nos da mucho; nos sentimos felices cuando nos damos cuenta de lo que tenemos. 1ra Timoteo 6:6
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