Recuerda siempre orar por:

  • Tus seres queridos: familiares y amigos
  • Tus conocidos: vecinos y compañeros de labores
  • Tu familia en la fe.
  • Los que llevan la Palabra y hacen el bien al prójimo.
  • Los que se encuentran enfermos en sus hogares y hospitales.
  • Los que se encuentran prisioneros y no tienen un hogar.
  • Los dirigentes del mundo.
  • Toda la humanidad.
  • Los que no te quieren bien, tus enemigos.

Ora, ora, ora sin cesar. Todos necesitamos de la oración constantemente. Amén

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