Reflexión para hoy - Rita E. Rivera Aponte
Esta madrugada tembló mi tierra. Fue un movimiento largo e intenso, se sintió en toda la isla. Aunque no hubo daños físicos fue un momento de mucha tensión para todos. En todos los años de vida que tengo no había sentido tanto un temblor, pensé inmediatamente en mi familia. Pedí inmediatamente a nuestro Dios su protección para cada uno de ellos. Gracias a Dios todos estamos bien pero ahora, cuando las cosas se han calmado un poco, medité profundamente en el hecho y vino a mi mente un corito que se canta en algunas iglesias y dice asi:
Dios es nuestro amparo,
nuestra fortaleza.
Nuestro pronto auxilio
en la tribulación.
Aunque se traspasen los
montes a la mar,
aunque la tierra tiemble
tenemos que cantar.
Sé que no es fácil, pero aunque es normal sentir miedo y asustarnos, tenemos que recordar que Él está ahí y nunca nos dejará solos. ¡Tenemos que cantar y alabar a Dios!
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