Perseverancia

Una fe más reposada. Existe un lugar tranquilo dentro de nosotros en el que no recibimos un latigazo cada vez que la vida nos da una mala pasada. En el que no nos sublevamos cuando el plan divino y el nuestro chocan. Allí nos tranquilizamos, en vez de sofocarnos, sudar y maldecir, en medio de una época de incógnitas. Allí aceptamos y anticipamos los desiertos, al igual que el gozo, en nuestra vida espiritual. En ese lugar, no nos intimidan ni nos persuaden los programas de los demás, solo nos mueve Dios. Podemos sollozar de arrepentimiento, dormir en paz, vivir en plenitud y cantar victoria. (Patsy Clairmont)

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