El llamado

Por lo cuál, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones. Hebreos 3:7-8
Dios entrenó a Moisés en un palacio para luego usarlo en un desierto. Entrenó a José en un desierto para luego usarlo en un palacio. Todo esto nos explica que algunos tienen que deambular por senderos tortuosos; que otros avanzan por rutas bien pavimentadas de un nacimiento lleno de privilegios o rodeados de amigos con influencias; y otros más llegan luego de un desvío o después de encontrarse con una clara señal. Por eso, descubrir nuestro llamado es uno de los retos más grandes de la vida, en especial cuando uno tiene un abanico de dones diversos. Dios puede llamarnos con métodos lentos y reconfortantes pero también de manera dramática. El reto verdadero está en reflexionar cómo aceptamos la manera soberana en que Dios obra y cómo respondemos a su plan y llamado. ¿Estás listo para su llamado? (Fragmento tomado del libro: El Gran Tejedor)
*Este fragmento lo publiqué el 7 de junio pero hoy he tenido la inquietud de publicarlo nuevamente, para Dios todo tiene propósito.

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