¡Eres mi sustento!
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado. Isaías 26:3
¿Haz entonado alguna vez el siguiente cántico?
Dios, tú eres mi sustento que a mi vida da aliento.
Tu espíritu se deja sentir como el viento.
La fuerza que me lleva a luchar contra el tiempo.
Mi provisión del cielo, el Dios que me rescata
y que refresca mi alma.
Al pronunciar tu nombre, la tempestad se calma.
Dios, Dios, Dios
El autor de este cántico, cuando lo escribió, estaba atravesando por una dolorosa enfermedad terminal. Cuándo más dolor sentía vino a su pensamiento este cántico. Un cántico que cada vez que se entona eleva el espíritu de quién lo hace porque es una verdadera afirmación de confianza y fe en Dios. Un cántico que se ha convertido en una alabanza y oración a Dios porque fue escrito con el alma de alguien que verdaderamente se depositaba en las manos de Dios. Cada vez que tengas la oportunidad de escucharlo y más aún de cantarlo, hazlo, sentirás la gran realidad de que solamente Él es quién tiene el control y puede calmar la tempestad. Él te dará paz en medio de la tormenta. (Rita E. Rivera)
*Han pasado muchos años, Dios sanó a ese joven y actualmente es Pastor en una iglesia en la cuál predica el mensaje de salvación. ¡A Dios sea la gloria!
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