Todo se trata de Él
Él es la fuente; nosotros el cristal. Él es la luz; nosotros somos los espejos. Él envía el mensaje; nosotros lo reflejamos. Descansamos dentro de su mochila, esperando el llamado. Y cuando estamos colocados en sus manos, hacemos su obra. No se trata de nosotros, todo se trata de ÉL. (El Espejo de Dios)
Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de Él. (Colosenses 3:17)
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