Los "silencios"
Un “silencio” dice más que mil
palabras. El ser humano pasa por unas etapas de “silencios” a lo largo de su
vida. Esos silencios, en la mayoría de los casos, dicen más que mil palabras
escritas o habladas, son gritos del interior. He aquí algunos ejemplos: “silencio de dolor” muchos guardan
silencio aunque estén pasando por un dolor intenso ya sea físico o emocional; “silencio de sentimientos” algunas
personas guardan sentimientos ya sea de amor o resentimiento hacia una o varias
personas; “silencio de complicidad”
este se refiere a ser cómplices de otros en algún secreto o acción; “silencio de indiferencia” para mí este
silencio es muy peligroso porque es uno de dejadez e inacción, o sea, “no me
importa lo que pienses ni lo que sientes”; “silencio
de preocupación” este guarda muchas preocupaciones personales y de familia,
ya sea por alguna situación física, emocional o espiritual; “silencio de soledad” uno que la gran
mayoría de nuestros envejecientes padece; “silencio
de impotencia” mejor callo porque no puedo hacer nada ante una situación; “silencio de apoyo” muy significativo
porque estás al lado de una persona expresando tu apoyo y solidaridad en
silencio, con tu presencia y abrazo. Y el mayor de los silencios: “silencio ante nuestro Dios”, sí,
orando en silencio porque sabemos que siempre nos escucha y porque contestará
nuestras oraciones en su tiempo. (Rita
E. Rivera Aponte)
“Guarda silencio ante Jehová y
espera en él. No te alteres por el hombre que prospera en su camino, por el
hombre que hace maldades.” (Salmo 37:7)
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