Comienza bien tu día (Amanecer con Dios)

Tu corazón, mente y alma necesitan renovación. Antes que se presenten las exigencias de tu faena diaria , haz que los momentos de quietud con Dios refresquen tu espíritu. Prepárate espiritualmente para los desafíos que te aguardan. Cada mañana, al abrir los ojos a un nuevo día, espera con ilusión las maravillas de un silencio santo antes de entregarte al ajetreo del día.

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