La luz que brilla (Amanecer con Dios)

Sin una diaria y fresca infusión del poder y la gracia de nuestro Dios, nos volveríamos inútiles. Comenzar el día en su presencia garantiza que su luz brillará a través de nosotros que anteriormente éramos hombres con cierto resplandor. Sentarnos a sus pies y permitir que Él sea nuestro Maestro antes que la luz despunte, nos proveerá la luz que deja al descubierto las áreas en nuestra vida que el Señor precisa hacer su obra de limpieza o sanidad.

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