Barreras

¿Por qué damos la impresión de estar siempre levantando barreras entre unos y otros, o entre nosotros mismos y Dios? ¿Tal vez porque tememos ser vulnerables al rechazo? ¿O simplemente sentimos una irresistible necesidad de limitar nuestras pretensiones a lo que deseamos para nosotros mismos? En cualquiera de los dos casos, se necesita mucho valor para mantener el respeto apropiado entre unos y otros sin murallas que nos separen inadecuadamente. Actuando mal, se genera desigualdad y rencor. Obrando correctamente, se construyen buenas relaciones. (Tomado: Amanecer con Dios)

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