Hermosura original (Amanecer con Dios)

Una vez alguien observó: "el propósito de la Cruz es reparar lo irreparable." A través de la sangre de Cristo, sabemos que nuestras cicatrices son borradas, nuestros pecados perdonados y una vez eliminados, son olvidados. El Señor no tiene más memoria de ellos. Cuando estamos dispuestos a confesarlos, Él se deleita en restaurarnos a nuestra hermosura original.

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